Hace tres años que retrato a personas del colectivo LGTBIQ+ en un piso del barrio de Sant Antoni de Barcelona, donde antes vivió la portera del edificio. Han pasado mas de 50 personas por esta casa.

Pese a estar viviendo un momento de aparente evolución en el que la sociedad acepta orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género distintas al heteronormativo, el colectivo LGTBIQ+ sigue sintiéndose perseguido y estigmatizado.
Incluso se han realizado estudios que indican una mayor prevalencia de intentos de suicidio entre las personas LGTBIQ+.

He intentado captar, a través de una mirada poética, la belleza y la vulnerabilidad de todas estas personas.
Con claras referencias a García Lorca, “la casa de la Portera” se erige en una antítesis de la Casa de la Bernarda Alba.
Podéis ver en el conjunto de fotografías una gran inspiración en el Caravaggismo, entendido para revelar los aspectos humanos más escondidos, utilizando el claro/oscuro en la búsqueda de la autenticidad.

A través de estas representaciones individuales, he querido formar un retrato colectivo de la comunidad LGBTIQ+, procurando destacar tanto sus singularidades como los aspectos compartidos. Este proyecto se configura como un homenaje y una celebración de la belleza, la diversidad y la disidencia; una reflexión sobre la complejidad y la riqueza intrínseca de las identidades y experiencias que componen nuestra comunidad.

Una carta de amor al colectivo.